
ALMA 2020, la esencia de Rioja llega a Burdeos.
Benjamin Romeo hijo, nieto y bisnieto de viticultores, es heredero de una larga tradición vinícola. Si bien ha sido el primero de la saga en firmar sus propios vinos, su familia ha cultivado la viña desde hace muchas generaciones, con una fuerte raigambre en un territorio privilegiado para la elaboración de vinos de calidad, en San Vicente de la Sonsierra.
La flamante novedad de Bodega Contador se comercializará exclusivamente en La Place de Bordeaux, uno de los ámbitos del negocio del vino con mayor prestigio en términos globales, cuya tradición se remonta a 800 años.
Alma 2020 es un tinto excepcional en el que Benjamín Romeo resume la esencia del paisaje de la San Vicente de la Sonsierra, asociando el carácter de tres parcelas localizadas en zonas bien diferenciadas, con distintos suelos, orientaciones y altitud. Con esta premisa, para la primera añada del Alma de Contador, el viticultor seleccionó el fruto de tres parcelas localizadas respectivamente en las cotas altas, medias y bajas de sus viñedos, asociando la intensidad que distingue a los racimos que proceden de la zona más elevada, situada al pie de la Sierra de Toloño (con con altitudes entre 550 y 650 metros y suelos predominantemente arcillo-calcáreos), con la mineralidad que distingue a los vinos de la zona media (450-550 metros y suelos pedregosos y poco profundos) y el perfil más goloso de aquellos que se obtienen en la parte baja, junto al Ebro (entre 410 y 450 metros, en terreno aluvial con presencia de grava).
En concreto, para dar lugar a Alma 2020 se seleccionaron las parcelas de La Viña de Andrés – que su padre plantó hace 45 años con ayuda de Benjamín- justo en el meandro del río, a 420 metros de altitud, mediante injertos de los tempranillos más antiguos de la familia–, El Bombón –situada en un llano con ligeras pendientes de orientación sur, a 530 metros, una viña que se cultiva desde la década de 1950 e injertada con vides centenarias, de la variedad tempranillo– y Diasol, asentada sobre una ladera con orientación Norte, a 620 metros sobre el nivel del mar, con vides de 35 años de poca producción, injertadas con clones de tempranillo y garnacha de viñas viejas.
Las características particulares de estas tres parcelas, y los rasgos que determinan las condiciones de un año muy cálido y húmedo, como 2020 –con índices de temperatura y precipitaciones superiores a las medias registradas ese mismo año en La Rioja–, han dado lugar a un tinto de notable frescura, con una expresión frutal nítida y delicada, sutiles acentos minerales, gran equilibrio y delicioso paso por boca, que se muestra en un espléndido momento para el disfrute tras una crianza de 20 meses en barrica nueva de roble francés.
ALMA 2020 de Contador
